“Acompañar el descanso: un abrazo al desarrollo de tu hijo/a”
Por Norma Cobos Rovira, madre, maestra y especialista en neurociencia del sueño infantil

El sueño infantil es irregular, y la mayoría de los bebés se despiertan por la noche; esto es algo normal y forma parte del desarrollo de su sistema nervioso.
Acompañar esos momentos con respeto y presencia refuerza el vínculo afectivo y favorece el bienestar. El contacto cercano —como el piel con piel o el colecho seguro— ayuda a calmar al bebé, reducir el estrés y promover un apego seguro y positivo, beneficiando tanto el descanso como el desarrollo emocional y la seguridad interna del niño o la niña.
Para mí, acompañar el sueño de un niño o niña es una forma de demostrar amor y respeto hacia su ritmo natural, su seguridad emocional y su derecho a crecer a su propio ritmo.
Actualmente escuchamos a menudo el concepto de "crianza respetuosa". Pero, cuando hablamos de sueño, ¿Qué significa el sueño respetuoso?
Cuando hablo de sueño respetuoso, me refiero a ese abrazo invisible que damos cuando respondemos con afecto a una demanda nocturna. No se trata únicamente de seguir horarios o imponer rutinas, sino de observar, escuchar y responder a sus señales, respetando su propio ritmo de descanso.
Cada bebé, niño o niña es único/a, y sus necesidades de sueño son tan particulares como su manera de descubrir el mundo.
Crear un entorno de calma, seguridad y afecto, donde se sientan acompañados, favorece un descanso que impacta positivamente en su bienestar emocional y su desarrollo cognitivo.
Una de las prácticas más cercanas al "sueño respetuoso" es el colecho.
Muchas familias expresan sentir culpa o dudas al practicarlo. Y lo entiendo: existe mucho juicio externo. Pero dormir cerca, cuando se hace de forma segura, es una manera muy bonita de reforzar el vínculo, facilitar la lactancia y ofrecer consuelo y seguridad reales.
El Dr. James McKenna, experto mundial en sueño infantil, demostró que el colecho seguro sincroniza a madre y bebé en sus ciclos de sueño, su respiración y ritmo cardíaco, y reduce riesgos cuando se realiza con conciencia [(McKenna & McDade, 2005)].
En mi experiencia personal y acompañando familias, he visto cómo el simple hecho de dormir cerca transforma las noches: los despertares se hacen más ligeros y el llanto disminuye.
La práctica del colecho debe hacerse siempre siguiendo medidas de seguridad. Es fundamental que el bebé duerma en una superficie firme, sin cojines, edredones gruesos ni peluches, y en un espacio seguro y adaptado para él. Además, no debe practicarse si alguno de los adultos ha consumido alcohol, drogas o medicamentos que afecten la conciencia. Estas recomendaciones son esenciales para reducir riesgos y garantizar que sea una práctica segura, favoreciendo tanto el bienestar físico como emocional del bebé (Asociación Española de Pediatría, 2020).
Otra práctica del "sueño respetuoso" es la lactancia.
Mucho más que alimentación, la lactancia nocturna es un acto de amor, consuelo y conexión profunda. Desde mi experiencia y la evidencia, amamantar por la noche —o alimentar en brazos con biberón, desde la conexión real— no solo nutre físicamente, sino que también regula las emociones, proporcionando calma y seguridad.
El descanso respetuoso se construye poco a poco: cada noche sembramos pequeñas semillas —rutinas, contacto, calma— que ayudan a tu bebé a sentirse seguro y a descansar mejor.
Rituales suaves antes de dormir: baños relajantes, luces tenues dos horas antes de acostarse, cuentos, nanas o abrazos son gestos que ayudan a la transición hacia el sueño.
Escucha activa: cada llanto, mirada o movimiento expresa una necesidad. Saber interpretar esas señales es clave para ofrecer un descanso verdaderamente respetuoso.
Acompañamiento nocturno: somos mamíferos y altriciales. Por esta razón, los bebés encuentran calma en la proximidad física de sus madres, padres o cuidadores/as durante la noche.
El descanso con nuestros hijos e hijas no debería vivirse como una lucha. No necesitamos "enseñar a dormir", sino comprender qué necesitan para dormir con confianza. Dormir forma parte de nuestra vida cotidiana. Si la llenamos de respeto, el descanso también será seguro y reparador.
El sueño de tu bebé, niño o niña puede ser, a veces, un reto. Pero no estás sola. No estás solo.
El descanso respetuoso no solo favorece su sueño, sino también su desarrollo emocional y su felicidad a largo plazo. Cuando el descanso infantil es acompañado con respeto y presencia, también se vuelve más reparador para toda la familia.
Respetando su ritmo, su tiempo y sus necesidades, le estás regalando el mejor comienzo: una vida basada en amor, confianza y respeto.
"Acompañar el descanso de la infancia es un abrazo hacia el desarrollo, hacia su seguridad emocional y su derecho a crecer a su propio ritmo".
Frase creada por Norma Cobos. @dulce_despertar.norma
